Los programas televisivos
Son conjuntos
de emisiones periódicas que agrupadas bajo un título incluyen contenidos
audiovisuales específicos. En los programas televisivos pueden distinguirse
géneros, como programas infantiles, educativos, de deportes, de entrevistas; y
del género se derivan los propósitos para los que fueron creados.
Interpretación de los
programas televisivos.
Cuando un espectador se sienta frente a una pantalla de
televisión, recibe una serie de mensajes cerca de los cuales no puede rebatir,
discutir u opinar. El poder de la televisión es grande, pues los mensajes sólo
circulan en un sentido. Por eso hay que mirar televisión críticamente; el
telespectador debe estar alerta acerca de los mensajes que podrían incidir en
que compre ciertos artículos, contrate determinados servicios o tome una
postura política.
Los programas televisivos son analizados por expertos y por
el público en general. Para realizar un buen análisis deben considerarse los
siguientes puntos:
Qué se analiza. El contenido de los programas (tema,
ideas que presenta, opiniones que expresa) y el modo de difundirlos
(clasificación, horario, lenguaje, escenas). Esta información se presenta en la
introducción del texto.
Cómo se hace. Se ofrece un resumen de lo que trata
el programa, se comentan sus características y el objetivo que persigue
(informar, entretener o educar). Se explican los pros y contras del contenido,
si hay coherencia entre su clasificación, horario, lenguaje utilizado y escenas
que transmite.
Qué se concluye. El análisis permite llegar a
conclusiones tales como determinar si el programa es respetuoso de la
sensibilidad del público, si aporta algo positivo para su desarrollo o si debe
ser eliminado o transformado para conseguirlo. Las observaciones finales y las
sugerencias se anotan ahí.
Característica y
función de los textos argumentativos.
Los textos
argumentativos
tienen como objetivo probar o demostrar una idea o tesis, refutar una
contraria, o bien persuadir o disuadir al receptor sobre determinados
comportamientos, hechos o ideas. El texto argumentativo se organiza en tres
apartados:
Introducción: se presenta una breve exposición en
la que el argumentador intenta captar la atención del destinatario y despertar
en él una actitud favorable. A la introducción le sigue una tesis, que es la
idea en torno a la cual se reflexiona. Puede estar constituida por una sola
idea o por un conjunto de ellas.
Desarrollo: se conforma con las pruebas,
inferencias o argumentos que sirven para apoyar la tesis o refutarla.
Formas de argumentar en
un texto.
Se puede argumentar empleando:
·
La
definición, para explicar el significado de conceptos; en ocasiones, se utiliza
para demostrar los conocimientos que tiene el argumentador.
·
Las
citas, para apoyarse en pensamiento de expertos; se emplean como argumentos de
autoridad.
·
La
ejemplificación, para aportar ejemplos concretos en apoyo de la tesis; pueden
ser el resultado de la experiencia individual.
·
La
formulación de preguntas, para provocar, poner en duda un argumento o comprobar
los conocimientos del receptor.
·
La
comparación (o analogía), para ilustrar y hacer más comprensible lo explicado.
Recursos que sirven
para asegurar la coherencia y la cohesión de un texto.
Coherencia: es una propiedad de los textos que
consiste en seleccionar y organizar la información que el hablante quiere
transmitir para que pueda ser percibida de una forma clara y precisa por el
receptor. Un texto coherente tiene las siguientes características:
·
Todos los enunciados giran en torno a
un tema.
·
Todas las partes están relacionadas
entre sí.
·
Presenta una progresión temática.
Cohesión se da cuando en una frase, oración o
discurso hay unidad de sentido.
Los recursos para que un texto tenga coherencia son: ordenar
y jerarquizar, poner en cada párrafo sólo una idea central. Los recursos para
que un texto tenga cohesión son: enfocarse en el tema, no dejar huecos en la
información, hacer un buen uso de los nexos y suprimir los elementos que no
sean indispensables para entender una idea.
Concordancia adjetiva y
verbal.
Una de las peculiaridades de la concordancia es que un
adjetivo adopta la forma plural cuando acompaña varios sustantivos,
prevaleciendo el género masculino: El programa presentaba diálogos e imágenes ofensivos. En cuanto a los verbos,
cuando hay varios sustantivos, la concordancia debe hacerse con el verbo en
plural aunque esté cada uno en singular: La película y el partido pasaron a la misma hora.